Yo que ya me había despedido por el día de hoy con la entrada anterior pero nada, que los políticos no me dejan descansar. ¿Podrían dejar de hacer panchos por un solo día, por favor? Si así están en plena veda electoral, no me quiero imaginar cómo se pondrán las cosas cuando empiece lo chingüengüenchón de las campañas electorales. ¡Esta pluma no se va a dar abasto (y no es albur)!
¿A qué viene todo esto?, se preguntarán
mis 5 lectores (le gano por uno al buen Catón. Si no lo conocen, no saben de lo
que se pierden). Pues bien, resulta que hace apenas unos minutos, u horas (si a
duras penas sé el día en que vivo con mucha más razón confundo las horas del
día, ¡el tiempo no lo es todo en esta vida!), Josefina (no tengo que
especificar ya los apellidos, ¿verdad?) anduvo de visita por el Tec de
Monterrey, campus Estado de México, y bueno… esta mujer de verdad, ¡de verdad!,
tiene que irse a hacer una limpia a Catemaco, aunque si no le alcanza o no
tiene el tiempo, que vaya aunque al Mercado de Sonora. Perdonen que haga tanto
preámbulo pero me gusta hacerla de emoción.
Bueno, el chiste es que Josefina
asistió a la renombrada institución para dar una conferencia ante la plana
estudiantil y académica, pero ¡oh, fortuna!, no contaba con que 2 jóvenes
pubertos (dicen las malas lenguas que uno todavía moja la cama y que el otro
hace poco lo comenzó a hacer, #quienentendióentendió) la increparían duro y
directo (¿recuerdan ese pésimo programa de nota roja que se transmitía hace
unos diez años?, pues así de chafa estaba el asunto en la sala de conferencias)
al decirle: “Muchas
de las cosas que dijo no son verdad, no impulsó ninguna reforma ¿por qué pensar
que ahora sí lo hará como presidenta?” (¡glup! *trago saliva*).
Josefina se fue haciendo chiquita,
chiquita (aunque no lo crean, aun puede encogerse más), y no supo ni qué
responder. Agarró la tangente y dijo “de aquí no me mueven”. Pero como dicen
por ahí, “cuando no tengas algo bueno que decir, es mejor quedarse callado”. ¡Tal
vez fue esa la que aplicó Josefina!
No sé si haga falta recordar (y si no,
no importa, lo hago de todas formas), los tropezones de la candidata los
últimos días en sus interacciones con universitarios. Primero, cuando fue al
ITAM, dijo que “nadie era perfecto” y que por eso había estudiado en la Ibero (¡golpes
abajo de la cintura no, por favor!)… a ver qué le dicen cuando quiera ir para
allá. Y después sacaron a la luz su tesis en donde decía que la UNAM era un
monstruo. A Chepinita hay que recordarle que el voto joven es voto útil y no
está sabiéndoselo ganar (punto menos para ella, punto más para nosotros). Si quiere mayores informes puede visitar con gusto (o sin gusto, eso ya depende de usted) los siguientes links: Reprueba Vázquez Mota en universidades, Increpa alumno a Josefina
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