¡¡No, bueeeeenooo!! El día de
ayer, en el Parlamento Juvenil que se llevó a cabo en la ALDF, un mirrey
miembro de las juventudes panistas se subió a la máxima tribuna a hacer gala de
la excelente (¡ajá!) educación recibida en el CUMAC, la Ibero y, por supuesto, el
PAN (Partido Acción NAZIonal, le dicen por ahí).
Allá arriba seguramente se mareó
con la altura de la tribuna porque se notó a leguas que las neuronas le dejaron
de responder apenas hizo uso del micrófono (¡¿Quién de la bancada decidió
hacerlo orador?! ¡Ven que es vomitón el niño y le aprietan la pancita!). El escuincle
con ínfulas neonazis despotricó como pudo (con las pocas palabras que su
espectro intelectual le permitían) en contra del gobierno de AMLO en el DF, su
preparación económica, los bloqueos en Reforma (¡qué lo supere!, ¡qué lo supere!), el
perredismo en general, a quien culpa de mediocre y sin estudios (me preguntó
qué tendrá que decir gente como el ingeniero Cárdenas al respecto), y también, aquí viene lo bueno, en contra del
actual GDF a quien acusó de permitir aberraciones como el “matrimonio entre
jotos” (auuuchhhh… ¡eso dolió!), provocando el abucheo de la bancada
perredista, a la vez que se escuchaban gritos de “¡fuera!, ¡fuera!, ¡fuera!”.
El chavo parecía cristiano en pleno circo romano, y no por el linchamiento
popular, sino por el pensamiento cuasi medieval que expresaba.
El mozalbete, que responde al
nombre de Juan Pablo Castro (no, no es que quiera contribuir al linchamiento mediático)
nos demuestra que el partido al que pertenece se va acercando cada vez un poco
más a la extrema derecha neonazi que tanta fuerza a retomado en los últimos
años alrededor del mundo.
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