miércoles, 25 de abril de 2012

Felipe, si no la controlas ¡no la fumes!


El presidente Calderón me preocupa y mucho. Yo no entiendo, si no la controla, ¿para qué la fuma? Y si ya la va a fumar, pues al menos que sea de calidad, ¿no? 

Como recordarán, el día de ayer escribí sobre el sermón que el reverendo Calderón dio en Washington ante un desfile de muy reputadas personalidades. Bueno, la cosa no paró ahí y Felipe fue a la Cámara de Comercio de la capital estadunidense a evidenciar que el problema de la droga en México ha alcanzado hasta las más altas esferas políticas. Y no, no fue porque el discurso  versara sobre ese tema sino por la sarta de sandeces que decía, una tras otra sin que tuviera frano (“¡Qué alguien lo detenga!”, decía su equipo cercano de colaboradores. “Is he high on ecstasy?”, se preguntaban los miembros de la Cámara). 

Ahí les va, textual, parte de lo que el H. capitán del barco “México S.O.S” dijo allá, en las tierras pantanosas del Potomac: 
 
El hecho es que debido a varios factores, como creación de oportunidades de empleo en México, oportunidades de formación y de educación para los jóvenes, servicios de salud y del cuidado de salud para toda la nación, menos restricciones para negocios, mejoras en la aplicación de la ley, el hecho es que en términos netos los flujos (de migración) están en ceros, y yo creo que es una de las mejores noticias que considerar en este debate tan importante”. 

“De hecho, muchas personas mexicanas están considerando regresar a México. El hecho es que hay un cambio en cuanto a las oportunidades que hoy existen en su país natal”.

Tengo dos teorías sobre estas palabras: 1. Felipe se quedó con el discurso de Dilma Rousseff que se apañó en la Cumbre de las Américas la semana pasada y ya se lo agenció como propio, sólo cambió el nombre de Brasil por el de México; 2. Aplicó la máxima de Vicente Fox, aquella bonita pero sobre todo, brillante frase que decía, palabras más, palabras menos: “Total, yo ya me voy. Puedo decir cualquier tontería” y, por respeto al menos, los gringos tendrían que aplaudirle cualquier pachequez que fuera a decirles. 

Esta no es la primera vez que Felipe intenta adornarse ante el público extranjero, ya la semana pasada hizo lo propio en Colombia en la Cumbre de las Américas en donde podía verse la cara de “¿Te cae?” de los asistentes. Al presidente se le olvida que no puede hacer promoción de su gobierno durante el proceso electoral mexicano. No sé si piensa que nadie se va a dar cuenta de la falta que en que está incurriendo, aunque bueno, seguro el IFE lo pasa por alto, como suele hacer.

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