Como lo mencioné ayer en alguna
de las entradas del blog, los tambores de guerra se dejan escuchar fuertemente
dentro de Acción Nacional. El día de ayer Vicente Fox, quien ya se siente más
allá del bien y del mal (Dios, ¡creamos un monstruo!), anduvo (como anda
últimamente) desparpajado hablando de lo que él cree que sabe más porque fue
presidente y eso (según él) le da autoridá (que no autoridad, eh) moral para
opinar de lo que le venga en gana.
Pues les comento, andaba el ex
presichente por las lejanas tierras de Tijuana, dando una conferencia en el
Cetys Universidad (hay que dar todos los datos porque luego dicen que uno anda
inventando cosas y no, que en ocasiones la realidad rebase la fantasía no es
cosa mía) y ante los estudiantes presentes dio cátedra de cómo debe combatirse
al narcotráfico.
Para empezar comentó que es una “un
sueño que el Estado acabe con el crimen organizado” (luego entonces, ¿quién
sugiere que asuma la responsabilidad?) Si la finalidad primigenia del Estado es
velar por la seguridad de sus ciudadanos entonces ¿pa’qué sirve el que tenemos?,
o ya en las circunstancias en que nos encontramos ¿es mejor que nos
encomendemos a quien más nos convenga? Malverde ¡¿dónde estás?!
Bueno, además de lo ya
mencionado, hizo énfasis en la legalización de la droga (que por supuesto en
ningún momento le pasó por la cabeza durante los seis años que estuvo al frente
del ejecutivo nacional) y además aseguró que “el modo en que la estrategia ha
sido implementada no ha sido el correcto”. La verdad es que criticar es muy
fácil, yo tampoco estoy de acuerdo con la guerra contra el narcotráfico pero
debo admitir que si alguien me pide que proponga una estrategia distinta, ahí
ya le voy a quedar mal porque de entrada no se me ocurre nada. Y me parece que
en la misma situación se encuentra Vicentillo, está bueno para aventar la bolsa
de plástico a la calle pero no para recogerla (últimamente ando de un ánimo muy
ecologista).
El señor quiere desafanar al
Estado para quitarse parte de la responsabilidad que como jefe de éste tuvo y
no asumió cabalmente. Que no se le olvide que también contribuyó a que el día
de hoy los mexicanos estemos como estamos, al borde del colapso social. Alguna
vez les comenté que si algo me ponía mal era la incoherencia de nuestra clase
política… y ya me puse mal hoy. Ushh.
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