Quienes anden en Twitter y sigan
de cerca las cuentas de los candidatos presidenciales seguramente ya se dieron
cuenta que Josefina en tan sólo 24 horas elevó la cantidad de seguidores en más
de 100 mil, es decir, lo que nuestra queridísima Chepina no ha conseguido en
preferencias electorales a la buena ahora lo pretende simular en las redes
sociales. Digo, quiero pensar que los colaboradores de la candidata no creyeron
de verdad que la gente se tragaría que los nuevos seguidores de la panista no
son bots.
Si no me creen, pueden checarlo
ustedes mismos, revisen las cuentas y observarán que la mayoría de ellos tienen
huevos en su avatar, son de origen extranjero y no tienen un solo follower
(claro, alguien dentro de la amplísima comunidad mexicana en Mozambique
seguramente decidió abrir un perfil en la red social nomás para apoyar a su candidata).
El capitán del equipo de redes sociales de
Chepina, el diputado federal Agustín Torres (el mismo de la llamada telefónica
ventilada por la candidata misma y que se supone, fue grabada por el gobierno
federal) se hizo a la tarea de inflar la cuenta de su jefa en las últimas horas
como si en ello le fuera la vida, llegando casi al formidable número de 600 mil
seguidores. Es decir, en tan sólo un día, la cuenta de Josefina creció más del
20% de lo que había crecido desde el 20 de mayo de 2009 (mi cumpleaños,
anoten), fecha en que fue creada.
Qué lástima (para ella, por
supuesto) que la cantidad de huevos en Twitter no vaya a traducirse en votos el
próximo 1 de julio y que tampoco puedan evitar que las menciones que se hacen
de la blanquiazul en las redes sociales sean, en su inmensa mayoría, negativas.
Ni modo, ella, al igual que López Obrador anda en busca de amor y lo obtendrá,
aunque sea de forma artificial (mi mente voló, ¡ewwwwww!)
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