Pues al parecer el tambaleo de Josefina en las encuestas ya le está afectando en otros rubros de su vida. Y es que el día de ayer Frente a Alejandro Martí, académicos y especialistas, la aspirante presidencial del PAN estuvo a punto de azotar al más puro estilo de Juan Gabriel (bueno, tal vez ella con mucho menos porte). Ella juraba en un principio que era el temblor nuestro de cada día, y aunque sí tembló, no fue cuando ella pensaba.
En su cuarto día de campaña (o sea, esto apenas va comenzando ¿y ella ya está pidiendo descanso? Pero qué poco aguante), visiblemente pálida y mareada (de verdad que por un momento pensé que iba a sacar el desayuno por donde entró, la pobre), lo que le impidió leer de pie su discurso al recibir la Agenda México 12.18 Seguridad y Justicia, la candidata del PAN a la Presidencia de la República, se vio obligada a declarar al final del encuentro: "Me siento perfecta, muy fuerte; me siento bien" (no bueno, si para ella eso es sentirse bien, con razón también tiene la percepción de que en el país todo marcha de maravilla).
También atribuyó su malestar a una fuerte gripa y al intenso calor de la Huasteca hidalguense, en donde previamente había estado presente (aunque suena ilógico que siguiera acalorada estando en un salón con un refrescante aire acondicionado). Más tarde, en una entrevista radiofónica, dijo que fue ''una "baja de presión'' (no entendí, ¿“baja de presión” o “baja depresión”? Yo entendería perfectamente la segunda puesto que con lo mal que le ha ido en la campaña cualquiera sufriría aunque fuera de una depresioncilla).
Una vez que regresó del atril y ocupó una silla, continuó con la lectura de las hojas que llevaba preparadas, aunque le llevó buena parte de su intervención recuperar el temple y la fluidez de la palabra.
Yo, como quiero mucho a mi amiga Chepina, le hago una observación y le doy un consejo desde lo más profundo de mi ronco pecho, debería irse a su casa a descansar, le haría mucho bien a ella y a su familia. Que guarde reposo, no sé, tal vez unos 3 meses, uno nunca sabe cuándo puede haber una recaída.
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