martes, 17 de abril de 2012

Las fantasías de Calderón

Ahora sí, es el turno de Felipe Calderón. Como ustedes sabrán, y si no, se los comento de todas formas, hace unos días se llevó a cabo en Cartagena de Indias, Colombia la Cumbre de las Américas en donde se reunieron los jefes de Estado de todas las naciones del continente. Ahí, haciendo a un lado el osazo que protagonizó Cristina Fernández, presidenta de Argentina (quien abandonó la Cumbre por berrinche a que el tema de las Islas Malvinas no fuera incluido dentro de las discusiones, #hazmeelchingadofavor, y quien regresó corriendo para expropiar la española Repsol [eso es tener asuntos pendientes que resolver y no pedazos]), de lo que me llamó más la atención fue el discurso que dio el presidente Felipe Calderón y les voy a explicar por qué.
Un par de días antes de que comenzaran formalmente las campañas electorales, las huestes calderonistas acarrearon (me consta) a diez mil burócratas para presenciar un informe de gobierno que nadie pidió y que a nadie le interesaba escuchar (para eso está el informe de septiembre), para presumir, por supuesto (si no, para qué otra cosa), los “logros” de su gestión presidencial. Pues bueno, lo que presentó aquí fue y lo exponenció en Cartagena de Indias (no sé yo si alguno de los presentes le habrá creído, pero bueno, nadie podrá negar que él hizo su lucha).
En Colombia, Felipe mencionó que durante estos casi seis años de gobierno se habían “más que duplicado” las carreteras de país (es decir, unos 19 mil kilómetros), se habían construido 105 universidades “totalmente nuevas” en las cuales, agregó, se gradúan 120 mil ingenieros al año (juro que por un momento dudé y me cuestioné: “¿no estará leyendo el discurso de Dilma o el de Barack por error [o por astuto, también pudo ser]?”). Sin embargo, dándole el beneficio de la duda al presidente y asumiendo que puede que sean ciertas las cifras que proporciona, entonces me surgen algunas otras preguntas al respecto: 1. ¿De qué sirven tantos kilómetros de nuevas carreteras si la gente no tiene la libertad ni la tranquilidad de transitar por ellas debido al estado de sitio en el que se encuentran numerosas zonas del país? Pareciera que dichas vías fueron desarrolladas para facilitar el traslado de los narcotraficantes, no de la población en general; 2. ¿Cuál es la calidad de los programas de estudio, instalaciones y profesorado de las universidades que fueron construidas?, ¿se encuentran al nivel que necesita una nación en vías de desarrollo como la nuestra?, ¿los egresados son capaces de sobrepasar la brecha digital que nos separa de los egresados de universidades de primer mundo y nos coloca en igualdad de circunstancias con ellos para pelear un puesto vacante en una empresa transnacional en Hong Kong? Digo, porque, tomando en cuenta que sólo un mínimo porcentaje de los 120 mil ingenieros egresados de las universidades calderonistas podrán conseguir chamba en México, asumo que los preparan para triunfar internacionalmente… ajá, seguro.
Y esto fue, queriendo creerle a Calderón, imagínense si no le creyera.

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